domingo, 25 de septiembre de 2011

En voz cambiante

El tiempo,
ser irreverente,
indeciso en su proceder,
pero constante,
siempre constante,
imparable, cruel,
doloroso en llanto,
y a la vez...
tan bonito en compañía.

Futuro incierto lleno de vida.
Nueva vida que ya crece,
preciosas,
siempre presentes,
las risas de nuestros niños,
contagiosas,
vertiginosas en voz cambiante,
pero de momento,
y esperemos siempre,
tan inocentes.

Ellos serán la juventud,
mas los abuelos la experiencia.
En el medio el resto,
casi inadvertidos,
pero de cerca....
de cerca varios caminos,
tan diferentes y unidos,
por las nuevas tecnologías,
por el amor,
y lo vivido.

Desde abajo miramos el cielo,
y desde arriba con orgullo observan,
un trabajo bien hecho,
un esfuerzo unido.
Hubo lágrimas dulces,
duro fue el sacrificio.
Por mi parte sólo espero,
que ahora desde lo lejos,
vuestras miradas estén llenas
de júbilo, pues...
pues mirad lo conseguido.

Gracias por los hechos,
sí, a vosotros, ahora abuelos.

Madre, para tí.